DIARIO DE UNA MAESTRA…
El jueves de la semana pasada, me tocó vigilar recreo… Algo bastante habitual, soy maestra. Sin embargo, fue una vigilancia bastante peculiar, ya que tuve el gusto de observar la alegría de todas las niñas y niños de mi colegio mientras disfrutaban con la nueva organización del patio.
¡Y es que al maestro Ricardo no se le ocurrió otra cosa que dar forma a los recreos! ¡Claro, como no tenemos bastante!
Primero, elabora los juegos con material reciclado: indiacas con papel de periódico y bolsas usadas, bolos con los bricks de leche y las botellas de plástico…. Después, organiza y distribuye los espacios con postas y genera un cuadrante de tal forma que todas las niñas y niños pasen semanalmente por cada una de las postas y puedan disfrutar de cada uno de los juegos… Por último, designa a los responsables de colocar y recoger el material cada día… Y la guinda del pastel: explícale esto a todo el claustro sin que nadie te rechiste… ¡Casi nada!
Pues vaya si lo hemos conseguido. Ahora tenemos un espacio de recreo totalmente organizado, en las que las alumnas/os disfrutan de su tiempo libre haciendo uso de juegos, muchos de ellos hechos con material reusado, en un espacio en el que el entretenimiento pasa la factura de prácticamente cero conflictos durante esta media hora, que queda aderezada con el hilo musical de fondo. ¡Así da gusto!
Es muy grato ver como las niñas y niños del Mosaico se divierten con una propuesta de actividades entretenimiento alternativas a las que se les oferta de forma habitual. El esfuerzo, sin dudan ha merecido la pena…
Terminé la vigilancia de ese recreo sintiéndome afortunada.
Gracias por este regalo, compañero.
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